Rompe Armarios

AMBIENTE G. 07.07.2013
Eran las 6 de la mañana, es decir, apenas hace siete horas, cuando salí del Why not, uno de los garitos más populares de Chueca. La situación en la calle era muy similar a la que podemos encontrar en la madrugada de cualquier fiesta de barrio: gente más bebida y gente menos bebida haciendo ruido, pero de buen rollo en general. Lo único que diferenciaba a otras fiestas era la presencia de unos invitados muy especiales: los antidisturbios.
Está claro que desde el Ayuntamiento de Madrid con Ana Botella, nuestra alcaldesa por sorpresa, a la cabeza, se ha hecho todo lo posible para que las fiestas del Orgullo LGTB de este año sean un fracaso. Es más, se ha hecho todo lo posible para justificar futuras acciones de cara a prohibir su celebración.
¿Qué sentido tiene llenar Chueca de policía antidisturbio en actitud amenazante? ¿Qué sentido tiene cortar calles con furgones policiales e impedir el paso por ellas? ¿Tan peligrosos somos las personas LGTB cuando bebemos como para que sea necesario tal despliegue de seguridad?

Cuando compartí en redes sociales lo que estaba sucediendo, hubo quien me dijo que acababa de pasar por Chueca y que había mucha gente desfasada. Y no dudo de que así fuera, pero tal vez lo que hacía falta era un despliegue de unidades del Samur y no una manada de gorilas.
Para volver a mi casa, una de las rutas habituales que hago pasa por Huertas, otro barrio de marcha de Madrid, pero orientado al colectivo heterosexual. Anoche no escogí este camino, pero por experiencia propia puedo decir que cualquier sábado a las 6 de la madrugada el espectáculo de borrachos, gente gritando, meando o vomitando es exactamente igual que el que había en Chueca ayer. Eso sí, jamás me he cruzado con un antidisturbio por la zona.
Con todo esto vengo a decir lo que parece que quiero decir: estamos ante un nuevo acto de homofobia por parte de los que nos gobiernan.
Señora Botella, no somos delincuentes, no merecemos que se nos trate como tales y le exigimos una explicación urgente. ¿Acaso a partir de ahora los antidisturbios van a ser los encargados de velar por la seguridad en las festejos populares y zonas de marcha? Si es así, espero verlos en la Verbena de la Paloma, en la Pradera de San Isidro, en Huertas, en Malasaña y hasta en la mismísima Puerta del Sol en Nochevieja.
Vergonzoso.